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Las almendras son una fuente de proteínas sana y sabrosa. Se pueden comer solos, cortados en ensaladas, platos principales y postres. Las almendras crudas no se cocinan y tienen un sabor suave. Las tostadas tienen un sabor a nuez, lo que las hace ideales para mezclar bocadillos y otras recetas. Aunque puedes comprarlos en una tienda, es más fácil tostarlos tú mismo usando utensilios básicos, lo que te quita un poco de tiempo.
Paso 1
Precalentar el horno a 175º C. Calentarlo a temperatura media hará que las almendras se doren uniformemente, sin que se quemen.
Paso 2
Mide dos tazas de almendras crudas y úntalas en una sola capa sobre una bandeja para hornear sin engrasar. Son aceitosos y no es necesario cubrirlos ni mezclarlos con ningún tipo de aceite antes de pasar al horno.
Paso 3
Tuesta las almendras durante 10 a 12 minutos, hasta que la cáscara exterior esté dorada. Cuando se tuestan correctamente, las almendras deben tener un olor agradable similar al de las nueces. Sácalos rápidamente del horno, para que no se quemen.
Paso 4
Retire las almendras de la sartén con una espátula y colóquelas en un recipiente de plástico grande y poco profundo. Déjelo abierto para permitir que se enfríen por completo, si planea dejarlos puros.
Paso 5
Espolvoree las almendras calientes con sal kosher para un aperitivo sabroso o sumérjalas en mantequilla derretida y luego espolvoree con canela y azúcar para obtener un dulce.