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En los gatos, un esguince se refiere al daño del tejido que sostiene la articulación. Con mayor frecuencia, los esguinces ocurren en los ligamentos y pueden variar desde esguinces leves, en los que una parte del ligamento está parcialmente rota o estirada, hasta esguinces más graves, en los que los ligamentos están completamente rotos. Ser capaz de identificar los signos de un esguince puede ayudar a los dueños de gatos a tratarlo más rápidamente.
Cojear
Un gato con un esguince tenderá a proteger esa extremidad o dejará de usarla por completo. Cuando ocurre un esguince, presionarlo o usar la extremidad afectada puede causar dolor al gato. Es posible que el gato no salte ni juegue con tanta fuerza o con el mismo tipo de coordinación que solía tener.
Vocalización
El gato puede llorar o maullar en voz alta cuando se toca o manipula la extremidad lesionada. Si el gato es particularmente ruidoso, es posible que pueda llorar mientras camina por la casa. También es probable que haga ruido cuando ocurra la lesión, lo que puede ayudarlo a darse cuenta de que algo anda mal.
Hinchazón
Al igual que un tobillo humano, un esguince de gato se hincha. La inflamación puede sentirse caliente al tacto y probablemente también será muy sensible.
Pérdida de apetito
Un gato que tiene dolor debido a un esguince puede dejar de comer o comer menos de lo que comía anteriormente. La pérdida de apetito en un gato siempre debe tomarse en serio, junto con otros factores que pueden indicarle si el gato está sufriendo un esguince.
Cambio de personalidad
El dolor intenso o persistente puede provocar un cambio de personalidad en el gato. El empeoramiento del esguince puede hacer que un gato simpático y extrovertido se retraiga o se vuelva retraído y que un gato tranquilo se vuelva agresivo.