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La vaca es un rumiante, un grupo de animales que tienen pezuñas, estómagos divididos en cuatro compartimentos y rumian. Los rumiantes son herbívoros y, para mantener una buena digestión, con un mínimo de hinchazón, deben tener una dieta rica en fibra. En relación con otros animales, el sistema de digestión de una vaca es complejo, porque su dieta natural debe contener un gran volumen de alimentos de difícil digestión y bajo valor nutricional.
Boca y dientes
Una vaca tiene 32 dientes y están colocados para que la vaca pueda comer y masticar muchos alimentos ricos en fibra todos los días. Los tipos de dientes que cortan la comida solo están presentes en la parte inferior de la boca de la vaca y ella tiene solo ocho en total: seis incisivos y cuatro caninos. La vaca no tiene incisivos en la parte superior de la boca, sino que tiene una almohadilla dental. Por otro lado, la vaca tiene 24 molares, tipos de dientes que se utilizan para moler la comida.
Para comer, la vaca usa su lengua fuerte para llevarse la hierba a la boca. Coloca la hierba entre su plataforma dental y los incisivos y la saca de la parte inferior del tallo. La vaca mastica, moviendo la hierba de un lado de la boca al otro, sujetando la hierba no solo con los dientes, sino también con el lado áspero de su paladar y mejillas. Los 75-130 litros de saliva que produce una vaca cada día ayudan a romper la hierba. La saliva tiene carbonato de sodio en su composición, lo que ayuda a los rumiantes a mantener un pH que permite el desarrollo de microbios. La comida pasa de la boca al esófago de 45-90 cm de la vaca y va al estómago.
Estómago
El rumen, el primer y más grande compartimento del estómago de la vaca, contiene millones de microorganismos que digieren la fibra del pasto y liberan ácidos grasos como subproducto de esta digestión. Los ácidos grasos atraviesan la pared del rumen directamente y la vaca los usa para obtener energía; los ácidos grasos suministrados a través del rumen dan del 60 al 80 por ciento de la energía total que el animal necesita para funcionar. El retículo, el segundo compartimento del estómago de la vaca, tiene una pared en forma de peine. Junto con los alimentos digeridos, los objetos extraños ingeridos accidentalmente por la vaca, como piedras o alambres, también pasan del rumen al retículo. Los objetos extraños quedan atrapados en la retícula, pero el bolo va al tercer compartimento del estómago de la vaca, el omaso. Omasum está formado por montones de pliegues, como las páginas de un libro. A medida que el bolo se tamiza a través del omaso, fuerza a las partículas de alimentos más grandes a regresar al retículo y pasa los líquidos al abomaso. El cuarto compartimento del estómago de la vaca, el abomaso, descompone aún más la comida, utilizando enzimas y ácidos producidos de la misma manera que los produce el estómago humano.
Intestino delgado
El estómago pasa fibra, microbios y parte del azúcar y las proteínas producidas por los microbios, así como otros materiales alimenticios digeridos, como proteínas, carbohidratos y grasas, al intestino delgado. Simultáneamente, el páncreas inunda el intestino delgado con enzimas y la vesícula biliar lo llena de bilis. El intestino delgado también produce una pequeña cantidad de enzima. Las enzimas descomponen las proteínas, los almidones y los azúcares y la bilis descompone las grasas. Una vez que los componentes de los alimentos se dividen en nutrientes, el intestino delgado los absorbe, así como las vitaminas y minerales que se han transmitido al tracto intestinal.
Intestino grueso
Todo lo que el intestino delgado no puede digerir fluye hacia el intestino grueso. Toma el exceso de agua, los desechos de microorganismos y cualquier alimento restante y lo convierte en la torta fecal. La vaca expulsa esta torta fecal como estiércol. Cuanta más fibra en la dieta de una vaca, más firme y oscuro será el estiércol.
