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Las vacas jóvenes que están preñadas por primera vez requieren un control específico, refugio y cuidados de alimentación y deben aislarse del resto del rebaño. Además, no importa si fue inseminada artificial o naturalmente: es fundamental tener un diagnóstico certero para garantizar la salud y el bienestar tanto de la madre como de la cría. Y aunque se pueden utilizar tecnologías avanzadas como el ultrasonido y la medición de hormonas para determinar el embarazo, existen varios signos físicos que también pueden indicar con precisión el estado del animal.
Suspensión de calor
Una vaca joven no preñada se somete a ciclos de celo regulares, lo que indica que está lista para la reproducción. Durante el estro, los niveles más altos de estrógeno provocan cambios en el comportamiento del animal. Los signos normales de celo incluyen hinchazón y enrojecimiento de la vulva, inquietud, disminución de la producción de leche y colocación de la preparación para cubrir por el toro. Si la vaca joven no muestra estos signos en el momento esperado del celo, es muy probable que esté embarazada.
Cambios en los órganos reproductivos
Uno de los métodos más comunes para diagnosticar la preñez en vacas jóvenes es la palpación rectal. El procedimiento debe ser realizado por un veterinario o ganadero capacitado, quien luego inspeccionará los órganos reproductores internos a través del ano del animal. Este método puede revelar varios síntomas del embarazo. En su etapa inicial, los dos puntos donde el útero se encuentra con las trompas deben ser de diferentes tamaños, debido al desequilibrio de líquidos creado por el embarazo. También puede ser posible sentir la presencia de la membrana fetal dentro del útero durante el examen, lo cual es un fuerte indicador de la condición del animal. En etapas más avanzadas del embarazo, el feto en sí se puede sentir dentro del útero a la palpación rectal.
Producción de leche
Uno de los primeros signos de embarazo en una vaca joven es una disminución en su producción de leche. Según el Servicio Nacional de Estadísticas Agrícolas de EE. UU. (USDA), una vaca lechera sana puede producir entre 726 y 860 litros de leche por mes. Pero la producción promedio de una vaca preñada caerá repentinamente. Por tanto, puede resultar muy útil registrar la producción de cada vaca, para que la comparación se pueda realizar correctamente. Además, la palpación rectal puede eliminar otras posibles razones de la disminución de la producción, incluida la enfermedad.