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Es sorprendente la cantidad de suciedad que puede meterse debajo de las uñas de un recién nacido. Los simples actos de llevar la mano a la boca no solo son calmantes para el bebé, sino que también sirven como un imán de polvo para las partículas sueltas en el aire. Mantenga la boca de su hijo libre de gérmenes limpiándose las uñas semanalmente. Los gérmenes prosperan en lugares húmedos, lo que hace que la uña sea un lugar ideal para vivir. La tarea es rápida y sencilla cuando el bebé está dormido.
Paso 1
Corta las uñas del bebé a la longitud correcta. Las uñas de los recién nacidos crecen muy rápido y deben cortarse cada tres a siete días para evitar arañazos innecesarios o acumulación de suciedad. Lo mejor es cortarlas cuando el niño duerme, para evitar cortarlas demasiado o cortar la delicada piel alrededor del lecho ungueal. Use un juego de manicura para bebés, que contiene herramientas hechas especialmente para usar con niños, para cortarlas.
Paso 2
Llene un tazón pequeño por la mitad con agua tibia. Ablandará la suciedad debajo de las uñas, lo que facilitará su eliminación.
Paso 3
Sumerja un cepillo de dientes pequeño y limpio en el agua y frótelo suavemente debajo de la uña. Debería tocar el lugar ligeramente. Tenga cuidado de no forzar demasiado, ya que las cerdas pueden lastimar al recién nacido y empujar la suciedad hacia la uña.
Paso 4
Enjuague el cepillo de dientes y vuelva a limpiar debajo de las uñas. Desechar el agua y reservar el cepillo utilizado para limpiar las uñas.