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La madera laminada es una opción de piso duradero que brinda a los propietarios una alternativa menos costosa a la madera, fácil de limpiar y mantener. La madera laminada se realiza mediante un tratamiento de alta presión con varias capas de madera que dan lugar al suelo. Debido a que las capas no son un material homogéneo, el piso es altamente susceptible a daños por agua. Cuando el agua hincha el plato, es imposible devolverlo a su tamaño anterior. La reparación de suelos de madera laminados que se han visto afectados por el agua puede ser una tarea difícil, según el grado de daño.
Paso 1
Retire el rodapié de la pared más cercana a las placas dañadas. Use una espátula para vidriado para quitar los zócalos, dejando expuestos los bordes del piso laminado.
Paso 2
Inserte la espátula para vidriado entre las juntas de cada tabla, usando la fuerza suficiente para separar una tabla de la otra. Retire todas las placas que necesite hasta llegar al área dañada.
Paso 3
Busque signos de moho. Si el daño por agua resulta en un problema crónico, el moho puede comenzar a desarrollarse debajo del piso. Limpie la región inferior del piso con fosfato trisódico para matar el moho y los hongos que comienzan a aparecer.
Paso 4
Mida las áreas dañadas en las placas laminadas y recórtelas. Mida las placas que reemplazarán las piezas extraídas.
Paso 5
Vuelva a instalar las placas laminadas. Aplique piso laminado a las juntas de las piezas reemplazadas. Limpiar el exceso y dejar secar.
Paso 6
Reemplace el rodapié con un martillo y clavos.