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Aunque el hormigón es una sustancia fuerte y resistente, sigue siendo muy poroso. Cuando la suciedad entra en contacto con el hormigón, la mayor parte se absorbe, lo que dificulta la eliminación de las manchas. Solo se necesita un poco de agua para convertir la suciedad en barro, que recibe todo lo que entra en contacto con ella, además de que la suciedad se esparce de una zona de hormigón a otra por medio de zapatos o patas de animales. A pesar de ser molestos, las manchas de barro en el hormigón no son imposibles de eliminar.
Paso 1
Barre el barro del cemento tanto como puedas con una escoba. El barro seco es más fácil de barrer.
Paso 2
Llene el balde con agua caliente y agregue 1 taza de detergente en polvo o líquido para platos o ropa.
Paso 3
Vierta suficiente agua jabonosa para saturar el sitio de concreto.
Paso 4
Trapee el área con una escoba. Empuja con pequeños movimientos circulares para evitar que el agua se esparza hacia donde no quieres.
Paso 5
Lave el área con agua limpia y observe cuánta mancha queda.
Paso 6
Continúe agregando agua con jabón, frotando y enjuagando hasta que la mancha desaparezca por completo.