Contenido
Beber algunos refrescos durante el día parece razonable, pero el consumo regular de bromo, presente en los refrescos, representa un riesgo para el organismo. El bromo es un aditivo alimentario que suspende los aceites aromatizantes en los refrescos para que el sabor dure más. El bromo, sin embargo, puede aumentar los niveles de triglicéridos y colesterol en el cuerpo. Los niveles altos de bromo también pueden causar fatiga, náuseas, agrietamiento de la piel, visión borrosa, aumento de la sed y debilidad muscular. Beber cuatro o más botellas de 500 ml de refresco, tres o cuatro veces por semana, puede aumentar el riesgo de intoxicación por bromo.
Paso 1
Evite o limite el consumo de refrescos para eliminar los aditivos a base de bromo de la dieta diaria. Verifique las etiquetas de todos los refrescos para determinar la presencia de bromo, que a menudo se enumeran bajo el lenguaje general de aditivos alimentarios o conservantes. Los refrescos con sabor a cítricos utilizan bromo o sus derivados como potenciador o conservante del sabor.
Paso 2
Lave todos los mariscos, frescos o congelados, con agua del grifo y limón o jugo de limón, utilizando un cepillo para fregar. Secalos. El bromo se encuentra naturalmente en las algas y en el mar. En pequeñas concentraciones, no es peligroso para el cuerpo. El ácido cítrico de los limones también mejorará el sabor del pescado.
Paso 3
Limite la cantidad de agua embotellada o evítela por completo. En su lugar, beba agua del grifo o agua filtrada en casa. No reutilice botellas de agua o refrescos. El agua embotellada se fabrica en las mismas industrias que los refrescos. Los aditivos alimentarios residuales penetran en el plástico reciclado. El agua aromatizada o enriquecida con minerales también debe consumirse con moderación, ya que también contiene aditivos de bromo.