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Los meningiomas son aproximadamente el 20% de todos los tumores cerebrales. Es un tipo de tumor que se desarrolla en las meninges, las membranas protectoras que recubren el cerebro y la médula espinal. La mayoría de los meningiomas son levemente agresivos o benignos, aunque hasta un 5% son agresivos o malignos. Los meningiomas benignos crecen lentamente y no invaden el tejido que los rodea ni se diseminan a otras partes del cuerpo, pero a menudo necesitan cirugía, ya que comprimen el tejido cerebral adyacente a medida que crecen. Afortunadamente, los meningiomas tienen un pronóstico excelente: la recuperación completa suele ocurrir en unos pocos meses.
Meningioma en el lóbulo frontal
Los meningiomas se originan a partir de células cancerosas ubicadas en la capa media de las meninges. Se adhieren a la capa externa y normalmente continúan creciendo hacia adentro, aunque también pueden crecer hacia afuera, lo que hace que el cráneo se agrande. Los meningiomas en el lóbulo frontal son tumores en la capa externa de la membrana que comprimen el lóbulo frontal, un área del cerebro que se localiza antes o delante de los hemisferios cerebrales. El tipo de meningioma que más causa esta presión en el lóbulo frontal son los meningiomas del surco olfatorio. Ocurren en la línea media debajo del lóbulo frontal, en un área llamada "surco olfativo".
Síntomas
Los meningiomas en el lóbulo frontal pueden causar dolores de cabeza, convulsiones, pérdida de la visión, inflamación del nervio óptico, alteración del olfato, pérdida de memoria, falta de juicio, capacidad mental reducida y cambios de personalidad que pueden confundirse con depresión. En casos raros, este tipo de meningioma puede provocar parálisis en un lado del cuerpo.
Cirugía
La mayoría de los meningiomas en el lóbulo frontal se pueden extirpar quirúrgicamente a través de la nariz o mediante una craneotomía. En casos más avanzados, el cirujano ingresa al cerebro a través de una pequeña abertura en el cráneo en las cejas. El propio hueso del paciente se usa para cerrar la abertura después del procedimiento. El propósito de la operación es extirpar completamente el meningioma, incluido el tejido que lo presiona hacia la capa externa de la membrana. Sin embargo, en el 20-25% de los casos, el meningioma no se puede extirpar por completo. En tales casos, se usa radiación para evitar que continúe creciendo.
Recuperación
Después de la cirugía, la mayoría de los pacientes serán trasladados a una unidad de cuidados intensivos y permanecerán allí al menos una noche. Son frecuentes el dolor de cabeza, los mareos, la confusión y la pérdida de memoria. La hinchazón por la cirugía o la radiación también puede causar dolores de cabeza, vómitos, falta de equilibrio y coordinación y cambios de personalidad. Estos síntomas suelen desaparecer en unas pocas semanas o meses. Si el tumor ha causado parálisis, es posible que se necesite fisioterapia para recuperar la movilidad.
Neuroplasticidad
En algunos casos, los tumores cerebrales y sus tratamientos pueden causar daño permanente al cerebro. Sin embargo, incluso con estos daños, es posible recuperar la funcionalidad. Los neurólogos solían pensar que el cerebro estaba conectado después de los primeros años de vida, pero las investigaciones han demostrado que nuestros cerebros son mucho más maleables de lo que pensamos. Norman Doidge, psiquiatra de la Universidad de Toronto y autor del bestseller del New York Times "El cerebro que se cambia a sí mismo", dice que con mucho trabajo podemos obligar al cerebro a reconectarse. Pero tenemos más posibilidades de una recuperación completa antes de que el cerebro cree sus propios nuevos "hábitos obstinados", añade Doidge.