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El incienso se ha utilizado durante milenios por varias razones, especialmente con fines espirituales por diferentes grupos religiosos. Las oraciones y meditaciones se refuerzan en un ambiente donde arde incienso. El incienso se encuentra en barra, resina y polvo. Los polvos se derivan de hierbas y varios tipos de madera, y este tipo de incienso se quema fácilmente. Quemar incienso en polvo es relativamente fácil: todo lo que necesita es un soporte estable y carbón.
Paso 1
Reúna sus utensilios. Coloque una sola rodaja de carbón en el centro de un tazón, platillo, cucharón o incensario. Si desea quemar grandes cantidades de polvo, use una o dos rodajas más, según el tamaño del recipiente o cucharón. Deje un espacio de 5 a 7,5 cm alrededor de cada carbón para permitir que se acumulen las cenizas y evitar que se caigan del recipiente.
Paso 2
Enciende el carbón. Al principio, puede crear pequeñas chispas y un sonido de rociado, pero gradualmente se volverá blanco. Rara vez se enciende, pero si lo hace, las llamas tienden a arder casi de inmediato. Aunque el incienso se quemará en un trozo de carbón que esté parcialmente encendido, se quemará con mayor eficacia si se ha encendido todo el carbón. Por lo general, esto toma solo unos minutos.
Paso 3
Espolvoree una pizca o dos de incienso en polvo sobre el carbón. Comienza a arder, creando así el humo deseado, y comenzará a liberar el aroma.
Paso 4
Agregue más incienso en polvo si lo desea. Cuando el carbón alcanza su "pico", un poco más de polvo agregado a la pila puede arder más rápido. Cuanto más polvo, más humo y aroma. Si estás en una habitación pequeña, esto puede ser un poco exagerado. Ventílelo si es necesario.
Paso 5
Cuando esté listo para apagar el fuego, espere a que arda el polvo. Espere a que el carbón y las cenizas dejen de humear y se apaguen antes de coger el platillo o el incensario.