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A muchas personas les encanta el aspecto hermoso, retro y de mal gusto de una lámpara de lava, también conocida con el término inglés "Lava Lamp". A pesar de esto, tener uno durante mucho tiempo significa que tendrá que lidiar con fugas y agua turbia. Los siguientes pasos le enseñan cómo cambiar el agua y hacer que la lámpara de lava funcione como si fuera nueva.
Paso 1
Antes de cambiar el agua de la lámpara de lava, asegúrese de que esté fría y que la "lava" (cera) esté completamente dura. Retire la tapa de plástico y use el abrebotellas para levantar la tapa de metal interior. Recuerde que debe volver a colocarlo cuando haya terminado, así que vaya despacio y trate de evitar doblarlo.
Paso 2
Vierta el agua. Si la lava se ha endurecido en pequeños trozos que pueden caer de la botella, utilice un colador para evitar perderlos. Vuelva a llenar la lámpara con agua destilada y deje un poco de espacio en la parte superior; la tapa negra la cubrirá.
Paso 3
Ponga unas gotas de detergente en la botella, cúbrala con la mano y agítela. El agua formará espuma, pero no te preocupes, no durarán, ya que el detergente actúa como emulsionante.
Paso 4
Agregue una pequeña cantidad de sal o salmuera para enlatar a la solución de agua. Asegúrate de que este tipo de sal sea lo más pura posible. Vuelva a colocar la tapa en la base y enciéndala. Espere a que la cera se derrita y vea si la sal es suficiente para moverla. Si se queda en la parte inferior, agregue un poco más gradualmente.
Paso 5
Apague la lámpara y déjela enfriar nuevamente. Compruebe que la boca de la botella esté muy seca y reemplace la tapa con epoxi de secado rápido. No use agua ni pegamento sensible al calor. Si tiene acceso a un encapsulador de botella (vendido para elaboración casera), puede usarlo para cerrar la botella. Sin embargo, las lámparas de lava no tienen cuello, por lo que debe ser un tipo especial de encapsulador.