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Todos hemos visto narices rojas bulbosas y violáceas, como las de W.C. Fields, Karl Malden y Bill Clinton. Aunque no se puede evitar, la decoloración se puede tratar. Pero puede ser difícil determinar su causa, así como el engrosamiento de la nariz. Pero en general, es causada por una condición crónica llamada rosácea.
Rosácea
Por lo general, cuando una nariz se ve bulbosa, de color rojo violáceo, esto es un signo de la etapa más extrema de una condición crónica llamada rosácea. Esta etapa se llama rinofima y es importante tener en cuenta que muchos casos no progresan a esa etapa. El primer signo de la afección es el enrojecimiento facial, debido a la ruptura de los capilares. Este enrojecimiento generalmente comienza en las mejillas, la nariz, la frente o el mentón, generalmente cuando el individuo tiene alrededor de 30 años. A medida que el problema continúa, el enrojecimiento puede convertirse en hinchazón y granos, que se extienden a los párpados y, finalmente, a la nariz, donde la piel se vuelve gruesa y de color rojo violáceo. Hay cuatro subtipos de rosácea y la ubicación de los síntomas varía.
Signos y síntomas
Aunque el grado y la ubicación de los síntomas varían, los expertos dicen que siempre incluyen al menos uno de los siguientes: enrojecimiento persistente, tendencia a enrojecerse o enrojecerse con facilidad, pequeñas protuberancias o granos rojos, así como vasos sanguíneos visibles. Otros síntomas son: manchas rojas elevadas, engrosamiento de la nariz por exceso de tejido, picor de ojos y ojos inyectados en sangre, piel áspera y seca, picor y edema facial, además de afectar otras zonas, como el cuello y los hombros. La rosácea no es contagiosa y se desconoce su etiología, solo existen hipótesis, como irritaciones solares, bacterias cutáneas, flujo sanguíneo, vías inflamatorias anormales y factores piscológicos. No hay evidencia científica, pero alguna evidencia sugiere que puede ser hereditaria. A menudo, las personas con la afección recuerdan a un miembro de la familia afectado por la misma afección.
Tratamiento
Como los síntomas varían entre pacientes, el tratamiento también es variable. Los médicos deben tratar cada caso de manera diferente, según los síntomas específicos del paciente. En general, se prescribe inicialmente un antibiótico y una crema tópica para controlar el problema, siendo el objetivo final solo el tratamiento tópico. Los procedimientos quirúrgicos para eliminar las células sanguíneas visibles utilizando láseres u otros delincuentes luminosos son las medidas de tratamiento más extremas. Aunque se desconoce la causa de la rosácea, existen tratamientos para reducir y ralentizar sus efectos, así como grupos de apoyo para los afectados.