Contenido
- Polución del aire
- Cambio climático
- Destrucción del habitát
- El agotamiento del ozono
- Derrames de petróleo
Las tundras reúnen animales y plantas altamente especializados que no viven en ningún otro lugar, incluidos animales icónicos como el oso polar y el zorro ártico. Hay varias amenazas importantes para estos hábitats, todas causadas por actividades humanas.
Polución del aire
Los líquenes, que consisten en la fusión de dos organismos, un hongo y algas o bacterias, que viven en una relación simbiótica, son muy sensibles a la contaminación del aire. De hecho, el crecimiento de líquenes en los árboles se ha utilizado ampliamente como un indicador crudo de la contaminación ambiental en las regiones templadas. Los líquenes de la tundra son una fuente importante de alimento para muchos animales, incluidas las liebres árticas, los bueyes almizcleros, los lémures y los renos. Cualquier cosa que afecte negativamente a los líquenes afecta al resto de la cadena alimentaria.
Cambio climático
El calentamiento global puede destruir completamente la tundra, dice National Geographic. El hábitat está definido por el clima y, a medida que la Tierra se calienta, el hielo presente en la tundra se derrite, cambiando radicalmente ese hábitat. La descongelación en sí misma podría acelerar el proceso, ya que libera carbono atrapado en materiales orgánicos en el suelo. Una vez que la tundra se descongela, los descomponedores, como las bacterias, comienzan a funcionar y liberan más dióxido de carbono a la atmósfera.
Destrucción del habitát
Bajo la tundra, hay reservas de materiales valiosos, especialmente combustibles fósiles, como petróleo y gas. Es imposible extraerlos sin destruir el hábitat. Las empresas y actividades mineras descuidadas son una gran amenaza. También fragmentan el hábitat, un problema para los animales con territorios vastos, como los osos polares.
El agotamiento del ozono
Aunque la destrucción de la capa de ozono disminuyó significativamente en la primera década del siglo XXI, según la NASA, todavía está agotada en los polos, así como en la tundra. Es poco probable que la capa de ozono comience a recuperarse, al menos hasta mediados del siglo 21. La capa de ozono reducida o ausente permite que pasen más rayos UV. Los rayos ultravioleta son extremadamente peligrosos para la vegetación y la vida silvestre de la tundra.
Derrames de petróleo
Los derrames de petróleo parecen casi inevitables dondequiera que se realicen perforaciones a gran escala, y los resultados son graves. En grandes cantidades, el aceite es tóxico para la vida animal y vegetal. Un problema adicional con la tundra es que las condiciones y el clima hacen que cualquier operación de limpieza sea difícil, si no imposible. Los equipos mecánicos se congelan y los dispersantes químicos son inútiles, y tales dispersantes son tóxicos en sí mismos. Un gran derrame de petróleo en la tundra ártica podría devastar el ecosistema y costarles a los residentes indígenas sus medios de vida.