Contenido
Los cálculos renales son depósitos de minerales que cristalizan en los riñones o uréteres, que son los conductos que llevan la orina desde estos órganos hasta la vejiga. Algunos cálculos renales se eliminan por sí mismos, mientras que otros requieren tratamiento médico. Un stent es un tubo hueco y flexible que se utiliza para tratar estos cálculos en determinadas circunstancias.
Al usar stents
Su médico puede decidir insertar un stent en combinación con otra cirugía para romper o eliminar completamente el cálculo. Si se quita un cálculo particularmente grande, puede experimentar un edema extenso. En este caso, su médico puede insertar un stent para mantener el uréter abierto para que la orina pueda fluir libremente hacia su vejiga. Es posible que tenga un cálculo que el médico no pueda extraer porque es demasiado grande o en un área donde la extracción quirúrgica es imposible. En este caso, puede utilizar un stent para que el cálculo no se mueva y obstruya los uréteres. Si ya hay una obstrucción en un uréter, el stent puede ayudar a prevenir el paso.
Cómo se colocan los stents
La mayoría de las veces, los stents ureterales que se colocan en pacientes con cálculos renales se denominan doble J. El stent es un tubo largo y recto con un gancho curvo en cada extremo. Un extremo se enrosca alrededor de su riñón y el otro se curva dentro de su vejiga. Recibe anestesia general para que no sienta el procedimiento. El cirujano inserta un instrumento para el examen, llamado citoscopio, en su uretra y lo mueve hacia arriba hasta la vejiga y la abertura del uréter. Casi siempre se inserta un alambre guía, donde se colocará el stent. Esta se introduce sobre la guía y se retiran tanto la guía como el citoscopio.
Recuperación y remoción
La extracción de un stent ureteral suele ser rápida y la mayoría de los pacientes presentan muy pocos efectos secundarios después del procedimiento. Puede notar un aumento de la micción o una mayor urgencia de orinar. El dolor de espalda, la presión o la incomodidad al orinar también es común después del procedimiento. La mayoría de los síntomas mejoran en unos pocos días, pero informe a su médico sobre cualquier efecto secundario.
Cuando el médico decida retirar el stent, se le realizará un procedimiento ambulatorio. La extracción de la endoprótesis generalmente toma solo alrededor de un minuto. Normalmente no se utiliza anestesia y la extracción puede ser incómoda, pero no dolorosa.