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Una ampolla aparece con mayor frecuencia en quemaduras de segundo grado. Es una bolsa levantada sobre la piel, llena de líquido que generalmente es de color claro. Las ampollas por quemaduras ocurren cuando la piel entra en contacto con el fuego, el calor o las superficies quemadas. Tratarlos adecuadamente evitará una infección y acelerará el proceso de curación.
Paso 1
Primero identifique el tipo de quemadura antes de aplicar cualquier tratamiento. Las quemaduras de primer grado afectan solo la capa más externa de la piel y generalmente no producen ampollas. Los de segundo grado, en cambio, afectan tanto a la capa más externa como a las de abajo, y pueden generar burbujas. Las quemaduras de tercer grado son de tipo grave, afectan a todas las capas que componen la piel y requieren atención médica inmediata.
Paso 2
Remoje el área quemada en agua fría para reducir el calor de la quemadura. En lugar de bucear, puede utilizar compresas frías en la zona afectada. No use hielo o agua helada en la quemadura, solo agua helada.
Paso 3
Aplique una pomada antibiótica a la ampolla. Cúbralo sin apretar con un trozo de gasa esterilizada. El trozo de gasa debe ser más grande que toda el área afectada. Asegúrelo con cinta, teniendo cuidado de no pegarlo en la ampolla o en la zona de piel quemada.
Paso 4
Evite reventar o reventar la burbuja. Abrirlo aumenta el riesgo de infección. Se marchitará por sí solo y, si estalla por sí solo, mantenga el área cubierta para evitar la exposición y la infección.
Paso 5
Tome un analgésico de venta libre, como aspirina o acetaminofén para aliviar el dolor. Aplique un ungüento antibiótico y cambie los apósitos diariamente. Esté atento a cualquier signo de infección, como hinchazón, enrojecimiento o pus. Si se presenta alguno de estos síntomas, consulte a un médico.