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Los gatos que se enferman con alguna otra enfermedad pueden fácilmente volverse anémicos. La anemia es el estado en el que tiene un recuento bajo de glóbulos rojos, un tipo de glóbulo rojo. Los síntomas de la anemia felina incluyen pérdida de color en las membranas mucosas del gato, letargo y pulso rápido. Se debe realizar un examen para determinar la causa de la anemia antes de poder iniciar el tratamiento adecuado.
Paso 1
Lleve a su gato al veterinario para que lo examinen si sospecha que tiene anemia. Los animales que tienen un recuento bajo de glóbulos rojos a menudo dejan de comer y de mantener la higiene, además de verse excesivamente cansados y enfermos. Los gatos que han comido cebollas o medicamentos de venta libre, como el paracetamol, pueden volverse anémicos, así que infórmele a su veterinario si su mascota ha comido algo que no debería.
Paso 2
Solicite análisis de sangre para medir los niveles de glóbulos rojos y determinar si el gato padece problemas de salud en las partes inferiores, como una enfermedad renal. Tener más información sobre la salud de tu gato permitirá al veterinario administrar el tratamiento adecuado para la anemia.
Paso 3
Trate la anemia felina con medicamentos según las indicaciones de su veterinario. Por lo general, se prescribe un medicamento llamado eritropoyetina para permitir la producción de glóbulos rojos en gatos anémicos que también tienen insuficiencia renal crónica. Un medicamento inyectable llamado estanozolol trata la pérdida de apetito asociada con la anemia felina.
Paso 4
Elimina las pulgas de tu mascota si está infestada de ellas. La pérdida de sangre debido a las picaduras de pulgas puede provocar anemia. Los tratamientos contra pulgas y garrapatas pueden evitar que la afección empeore, evitando que se pierda más sangre.
Paso 5
Trate la anemia felina grave con transfusiones de sangre. Este puede ser un procedimiento arriesgado, reservado solo para animales enfermos, ya que el proceso de transfusión debe realizarse varias veces para que sea efectivo.