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El tendón poplíteo conecta el lado del fémur de la rodilla con el músculo poplíteo, en la parte posterior de la parte superior de la tibia. Está en contacto directo con varios otros tendones y ligamentos, así como con los huesos mismos. El tendón poplíteo evita que la rodilla se doble hacia afuera mientras se mueve. Es un problema de rodilla relativamente poco común, pero hay varios métodos de tratamiento disponibles, tanto quirúrgicos como no quirúrgicos.
Causas y síntomas
La tendinitis poplítea generalmente es causada por el uso excesivo, como el roce del tendón contra otros tendones, ligamentos y huesos adyacentes. Esto puede provocar inflamación y provocar tendinitis. Un desgarro o ruptura del tendón en sí no suele ocurrir, excepto en los casos en que se produce un traumatismo extremo en la rodilla. Correr cuesta abajo puede ejercer una presión indebida sobre el tendón poplíteo.
Los síntomas incluyen dolor que parece estar ubicado en lo profundo de la rodilla, a menudo justo encima del pliegue detrás de la articulación, que empeora durante la actividad. Esto puede ir acompañado de una pequeña hinchazón, enrojecimiento y calor en la piel por encima del tendón. Si al doblar la rodilla mientras se apoya el pie en la pierna opuesta alivia el dolor, la tendinitis poplítea puede ser la causa del dolor en sí.
Tratamiento
La tendinitis poplítea es relativamente sencilla de tratar. Durante al menos seis semanas, evite actividades que causen estrés en el tendón poplíteo, como caminar o correr cuesta abajo. Coloque hielo en la rodilla y use AINE (medicamentos antiinflamatorios no esteroides), como naproxeno sódico o ibuprofeno, para reducir la inflamación y el dolor.
Si el daño del tendón es más severo, el médico puede inmovilizar la pierna para restringir la actividad. Si se corta el tendón, es posible que sea necesaria una corrección quirúrgica, que incluiría hasta seis semanas de yeso y muletas, junto con fisioterapia hasta seis meses después de la cirugía.
Prevención
Si experimenta dolor severo en la rodilla, evite las actividades de alto impacto que puedan afectar el tendón, como correr o saltar. Permita períodos de descanso adecuados entre series de ejercicios.