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Aunque los hermosos colores vivos de los erizos de mar parecen atractivos, no deben tocarse. Estos seres vivos pueden ser bastante peligrosos, especialmente si pisa uno. Sus espinas largas y afiladas están cubiertas con una toxina que puede perforar la piel de una persona. Si la herida no se trata adecuadamente, provoca irritación, inflamación y dolor profundo.
Sobre las toxinas de los erizos de mar
Muchos erizos tienen toxinas en sus espinas, pedicelos o pinzas cortas que usan para defenderse. Ser atravesado por un erizo de mar es doloroso; el veneno causa un dolor extremo. Algunas de estas toxinas interfieren con las señales nerviosas o incluso pueden hacer que los glóbulos rojos se agrupen.
Ser picado
Una persona puede resultar herida al tocar o pisar espinas cubiertas de veneno. Esto generalmente resulta en una lesión muy dolorosa. Las espinas a menudo se atascan en la piel, causando más dolor e inflamación si no se quitan.
Síntomas
El envenenamiento causado por la toxina del erizo de mar provoca dolor inmediato, dolor en las articulaciones, edema y entumecimiento. También produce una sensación intensa de ardor, hinchazón, sangrado, picazón, náuseas, vómitos, debilidad muscular y dificultad para respirar. Estos síntomas aparecen inmediatamente después del contacto y duran hasta seis horas.
Tratamiento
Para tratar este tipo de lesiones, es necesario retirar inmediatamente las espinas y cuidar la zona afectada con antibióticos tópicos. Recuerde vacunarse contra el tétanos lo antes posible. A veces, se puede realizar una extirpación quirúrgica para extraer todos los fragmentos. Dado que hay cientos de tipos diferentes de erizos que se consideran venenosos para los humanos, el tratamiento varía. Sin embargo, el vinagre disuelve la mayoría de ellos. Por tanto, unas compresas con esta sustancia pueden ser suficientes para eliminar las espinas que no han penetrado tan profundamente en la dermis. El agua caliente también puede ayudar con la hinchazón y el dolor, ya que esta toxina se apaga con el calor.
Advertencias
La lesión provocada por el erizo de mar no debe tratarse con torniquete ni hielo. Esta práctica evita el flujo sanguíneo a la región. Las personas no deben cortar el área ni succionar el veneno, ya que esto puede resultar en una infección bacteriana.
