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Las coles de Bruselas se han ganado una mala reputación debido a su sabor amargo y su fuerte olor que se crean cuando se cocinan sobre la punta. De hecho, cuando se preparan adecuadamente, tienen un sabor dulce y un aroma suave. Son ricas en vitaminas y una taza de col rizada ofrece el 162% de la ingesta diaria de vitamina C y el 275% de la ingesta recomendada de vitamina K. Además, también son una excelente fuente de fibra, betacaroteno y potasio y, para prepararlos sin el sabor amargo, no se necesita mucho esfuerzo.
Paso 1
Retire algunas capas de hojas exteriores de las coles de Bruselas. Llene un recipiente grande con agua fría y agregue una o dos cucharadas de jugo de limón o vinagre.
Paso 2
Agregue las coles y déjelas en remojo durante 15 minutos para eliminar la suciedad o los insectos. Luego use un colador para escurrirlos.
Paso 3
Llena la olla con agua y agrega una cantidad generosa de sal. Corta una cruz poco profunda en la parte inferior del tallo, deja caer las coles con cuidado en el agua salada y programa el temporizador durante dos minutos.
Paso 4
Retire del fuego y use un colador para escurrir. Vuelva a colocar las coles en la sartén, llénelas con agua fría y programe el temporizador durante cinco minutos.
Paso 5
Escurre las coles en el colador y prepáralas como desees.