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Los patógenos de la sangre se refieren a microorganismos patógenos, como virus y bacterias, que pueden existir en la sangre y causar enfermedades en los seres humanos. Se transmiten de una persona a otra a través del contacto con fluidos corporales infectados. Hay muchos patógenos sanguíneos diferentes. Los tipos más peligrosos que se transmiten por sangre son: el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el virus de la hepatitis C (VHC) y el virus de la hepatitis B (VHB).
Virus de inmunodeficiencia humana
El VIH ataca el sistema inmunológico. Con el sistema inmunológico deteriorado, el cuerpo se vuelve susceptible a otras enfermedades mortales. Finalmente, el VIH conduce al desarrollo del SIDA, un síndrome de inmunodeficiencia adquirida. El SIDA es una enfermedad mortal sin cura conocida, aunque el tratamiento ha avanzado mucho a lo largo de los años. Pueden pasar muchos años para que el SIDA se desarrolle a partir del VIH.
Como todos los patógenos transmitidos por la sangre, este virus puede ingresar a su cuerpo a través del contacto sexual, heridas abiertas, ampollas o abrasiones, así como a las membranas mucosas de los ojos, la nariz y la boca. Por lo tanto, es especialmente importante que los equipos de emergencia y los profesionales de la industria de la salud tomen las medidas de protección adecuadas cuando se trate de sangre potencialmente contaminada.
virus de la hepatitis B
La hepatitis B causa infección e inflamación en el hígado. Se transmite principalmente a través del contacto con sangre infectada y puede causar enfermedades graves como cirrosis y cáncer de hígado. Aunque no existe cura para la afección, la vacuna ha estado disponible desde 1982, un avance que desde entonces ha reducido el número de infecciones por VHB entre niños y adolescentes. La vacuna consta de una serie de tres dosis que aumentan gradualmente hasta que el organismo desarrolla inmunidad contra el virus.
Según el equipo de la Clínica Mayo, la mayoría de los adultos infectados con hepatitis B se recuperan por completo. Sin embargo, las personas infectadas siempre deben recordar tomar precauciones para prevenir la propagación del VHB.
Virus de la hepatitis C
Se considera que la hepatitis C es el virus de la hepatitis más mortífero. Es una de las principales causas de enfermedad hepática aguda y crónica, que incluye cirrosis y cáncer. La mayoría de las personas con hepatitis C no saben que están infectadas con el virus hasta que comienzan a aparecer síntomas de daño hepático, lo que puede ocurrir años después de que se haya producido la infección. La causa más común de infección es el contacto con sangre contaminada al compartir agujas mientras se consumen drogas ilegales.
Si el VHC está causando solo cambios leves en el hígado, es posible que no sea necesario ningún tratamiento. El acompañamiento de análisis de sangre simples controlará la salud del hígado. De lo contrario, se recetarán medicamentos antivirales. Finalmente, en casos de daño severo, puede ser necesario un trasplante de hígado. Una vez que se trasplanta el nuevo órgano, y dado que el procedimiento no cura la hepatitis C, es necesario un tratamiento de seguimiento con medicamentos antivirales.
