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Un tatuaje consiste en inyectar pigmentos en la capa superior de la piel con agujas afiladas. Debido a que perfora la piel, sangra en respuesta y debe sanar. Seguir el cuidado posterior de su profesional del tatuaje puede ayudar a garantizar que se cure correctamente. Siga el tatuaje con atención para averiguar cuándo no se ha curado correctamente, buscando ayuda médica si es necesario.
Paso 1
Siga el proceso de curación para asegurarse de seguir las expectativas generales. Por lo general, un tatuaje forma una cáscara y debe caer dentro de una semana o dos después del procedimiento.
Paso 2
Revíselo diariamente para detectar signos de infección. Si nota hinchazón, enrojecimiento, calor en la piel, pus y dolor, es posible que el tatuaje esté desarrollando una infección. Llame al profesional para obtener recomendaciones y considere consultar a un médico.
Paso 3
Supervise el tatuaje para detectar otros problemas que puedan ocurrir. Los bultos que se forman debajo de la piel (granulomas y queloides), heridas, descamación y un queloide hinchado pueden indicar una reacción alérgica o un problema con el tatuaje.
Paso 4
Vaya a un médico si nota algo mal en el tatuaje. Los problemas, como la hipersensibilidad tardía a la tinta, pueden ocurrir incluso años después de la finalización. La tinta roja para tatuajes puede ser especialmente problemática. Algunas reacciones deben eliminarse para resolver el problema.