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Las sanciones económicas son cambios deliberados en las relaciones comerciales existentes entre naciones o grupos y organizaciones. Los gobiernos utilizan las sanciones económicas como castigo para gobiernos u organizaciones extranjeros con el fin de lograr objetivos políticos o comerciales. Estas medidas pueden adoptar la forma de un embargo (prohibición del comercio), un bloqueo naval (durante los conflictos) y el congelamiento de cuentas bancarias u otros instrumentos financieros (como bonos, préstamos y acciones).
El propósito de las sanciones económicas
Según los investigadores Kimberly Elliott, Gary Hufbauer y Barbara Oegg, las sanciones económicas han acompañado o precedido a los conflictos armados a lo largo de la historia moderna como un medio para debilitar al enemigo. Además, en un artículo publicado por el grupo en la Biblioteca de Economía y Libertad, se menciona que el ex presidente de los Estados Unidos Woodrow Wilson incluso afirmó que las sanciones por sí solas podrían ser una "fuerza letal" y una herramienta diplomática muy eficaz. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y su predecesor, la Liga de las Naciones, impuso sanciones económicas como una forma de prevenir la guerra civil, la agresión regional o las violaciones de los derechos humanos.
Cómo se imponen las sanciones
Las sanciones económicas las impone estrictamente el gobierno o un convenio colectivo de una organización internacional (como el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas). Las personas o empresas no tienen la capacidad de castigar económicamente a un país. Sin embargo, las resoluciones de la ONU para sus miembros son imperativas, al igual que la importancia de mantener buenas relaciones diplomáticas con las principales potencias. Por ejemplo, apoyado por la Ley de Democracia Cubana de 1992, el presidente de los Estados Unidos "puede aplicar sanciones a cualquier país que brinde asistencia a Cuba".
Atajos
Las sanciones económicas contra todo un país afectan no solo a un gobierno, que es el objetivo de las medidas, sino también a la población en general, como lo destaca el embargo de la ONU sobre Irak y la desnutrición infantil, entre la Guerra del Golfo y 2003. Además, como sugiere Jake Colvin (director de USA Engages), las sanciones económicas pueden echar la culpa de las dificultades que enfrenta la élite nacional a quienes impusieron la sanción, suprimiendo el descontento popular. Además, los "ejecutores" también sufren pérdidas durante las limitaciones, como las empresas internacionales, que no pueden expandir sus actividades a nuevos mercados.
Ejemplos notables
El ejemplo más destacado de sanciones económicas es el embargo estadounidense contra Cuba, que se ha mantenido intacto desde 1960. Como cita la Ley de Democracia Cubana, el gobierno de Estados Unidos busca "una transición pacífica a la democracia y la reanudación del crecimiento económico en Cuba a través de aplicación cuidadosa de las sanciones dirigidas al gobierno de Fidel Castro ". Motivos similares, además de la amenaza a la seguridad nacional, llevaron al embargo estadounidense a Corea del Norte, según el informe del Congreso sobre Sanciones Económicas en Corea del Norte, de Dianne E. Rennack. Un ejemplo de sanciones económicas impuestas por la ONU es la Resolución 1.267 de 1999, que exige a las naciones "congelar fondos y otros recursos financieros" pertenecientes a la "facción afgana conocida como los talibanes".