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La sarna, o sarna, es una enfermedad de la piel que se caracteriza por picazón y la formación de erupciones y líneas finas. Es causada por el ácaro Sarcoptes scabiei, a veces denominado ácaro que pica. La sarna es contagiosa y puede provocar infecciones cutáneas secundarias, por lo que es mejor tratarla lo antes posible. El jabón de azufre y lavanda es una buena opción de tratamiento para quienes no pueden tomar medicamentos convencionales. El azufre mata los ácaros de la sarna y la lavanda actúa como antiséptico, previniendo infecciones secundarias.
Paso 1
Lávese con jabón de azufre y lavanda dos veces al día, una por la mañana y otra por la noche. Continúe este tratamiento durante un mínimo de tres meses. El azufre no puede matar los huevos de ácaros, por lo que es necesario un tratamiento a largo plazo para prevenir la recurrencia de la enfermedad.
Paso 2
Frote el jabón hasta que haga espuma y pase suavemente por todo el cuerpo. Déjelo en su cuerpo durante cinco minutos.
Paso 3
Enjuague el jabón con agua tibia. Termina tu baño y sécate.
Paso 4
Humedece el jabón de azufre y lavanda justo antes de acostarte. Frótalo con los dedos hasta cubrirlos con una fina capa de jabón. Aplicar sobre erupciones y lesiones cutáneas.
Paso 5
Lave el jabón a la mañana siguiente antes de ducharse.