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Si por cirugía o lesión ha tenido que utilizar un apósito quirúrgico durante un tiempo prolongado, después de su extracción puede terminar con la cinta adhesiva pegada a la piel. Los pedazos de adhesivo pueden ser molestos y dolorosos, especialmente cuando se tira de la piel o se pega a otras superficies. Retire el apósito por completo y con cuidado para aliviar el problema, sin dañar su piel.
Paso 1
Enciende tu secador de pelo a temperatura "Mínima". Manténgalo a 30 cm de su piel y déjelo el tiempo que sea necesario para calentar la piel. El calor ablanda el pegamento de la cinta quirúrgica, lo que facilita su extracción.
Paso 2
Remoja una bola de algodón con aceite para bebés. Frote el aceite en la parte cálida de la piel. Déjelo en la superficie de la piel durante unos minutos.
Paso 3
Limpie el parche en su piel con una bola de algodón limpia. Moja otra bola de algodón con quitaesmalte. Frote ligeramente el resto de la cinta con el removedor.
Paso 4
Lávese la piel con agua caliente y jabón. Frótalo ligeramente con el paño para eliminar cualquier resto de pegamento. Seque su piel dándole golpecitos suaves con una toalla limpia.