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Al pintar una puerta, es fácil crear artificios y dejar los herrajes en su lugar. En tales casos, la pintura casi siempre cubre las bisagras. Muchas tintas se pueden limpiar fácilmente mientras están húmedas, pero cuando se secan, se pueden usar removedores. Sin embargo, también existen otras opciones.
Paso 1
Retire la bisagra y otros herrajes de la puerta. Coloque los objetos de metal pintado en una olla vieja de 8 L sobre el fuego.
Paso 2
Llene aproximadamente la mitad de la olla con agua, agregue tres cucharadas de detergente y hierva.
Paso 3
Después de 15 minutos, pruebe una parte con unas pinzas. Sácalo del agua y pélalo ligeramente con un cuchillo. Si la tinta sale con facilidad, todos estarán listos. De lo contrario, déjelos por otros 10 o 15 minutos.
Paso 4
Saca las bisagras de la sartén y colócalas sobre un cartón. Use un cepillo de dientes para quitar la pintura, pero tenga cuidado de no tocar el metal caliente con la piel desnuda.
Paso 5
Abra las ventanas para ventilar o saque las bisagras. Incluso los removedores de pintura no tóxicos pueden liberar gases desagradables. Cuando el metal se haya enfriado, aplique una capa delgada de removedor para eliminar cualquier resto de pintura, si es necesario.