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El yeso de su hogar puede cubrir una atractiva pared interior de ladrillo. Exponer estos ladrillos permite la personalización de una habitación. Quitar este recubrimiento es un proceso fácil pero polvoriento que requiere un martillo y un cincel. Puede seguir algunos pasos para evitar que el polvo se esparza por la habitación y toda la casa, evitando que lo respire mientras hace el trabajo.
Paso 1
Retire todos los muebles del área de trabajo.
Paso 2
Aísle el área de trabajo colgando la cubierta de plástico en el techo, rodeando la pared a despegar. Esto mantendrá el polvo en esa área, evitando que se propague por la habitación. Asegure el plástico al techo con cinta adhesiva resistente o tachuelas y fije el fondo con piedras cada 30 cm o 60 cm.
Paso 3
Cubre el piso con una funda. Ponte la mascarilla y las gafas, evitando lesiones por polvo o astillas.
Paso 4
Sostenga el cincel contra el yeso en la esquina inferior de la pared y golpee con cuidado con el martillo hasta que se quite suficiente yeso, de modo que el cincel quede paralelo al ladrillo visto.
Paso 5
Retirar la capa, pelar el yeso con el cincel y golpearlo con el martillo. Realizar este servicio de abajo hacia arriba evitará que el recubrimiento caiga sobre usted durante la remoción. Cuando retire las piezas, colóquelas de inmediato en un bote de basura grande.
Paso 6
Muévase a lo largo de la pared, sosteniendo el cincel paralelo a él a medida que avanza. Se deslizará entre el ladrillo y el yeso, soltándolo fácilmente de la pared. Continúe hasta que haya quitado y desechado todo el revestimiento.
Paso 7
Trabajando de arriba a abajo, frote los ladrillos expuestos, en pequeños trazos, con el cepillo de cerdas duras, eliminando así los restos de yeso. Aspire la superficie y el piso con una aspiradora potente.
Paso 8
Deje reposar el ambiente durante tres o cuatro horas, para que se asiente el polvo. Luego repite el trabajo de pincel y aspira la pared.
Paso 9
Llene un balde con agua fría y desengrasante doméstico, de acuerdo con las instrucciones del paquete. Con el cepillo, frote la solución en la pared de abajo hacia arriba. Lave el cepillo y páselo por la pared con agua pura para enjuagarlo por completo.