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La pintura a base de cal es una mezcla de agua y óxido de calcio que se utiliza para blanquear cercas y paredes, dándoles un acabado brillante. Generalmente se usa para aplicaciones al aire libre en paredes de ladrillo y cercas de madera. La cal no es más resistente que las pinturas domésticas ordinarias a base de aceite o látex y, por lo tanto, se disuelve utilizando técnicas de eliminación similares. El método adecuado garantizará que la superficie pintada de blanco se restaure a su estado natural.
Paso 1
Póngase guantes resistentes a los disolventes y prepare un removedor de pintura líquido de acuerdo con las instrucciones del fabricante. Elija un producto no tóxico y ecológico, especialmente cuando se aplica al aire libre. Los disolventes comerciales se pueden encontrar en forma de pasta o líquidos.
Paso 2
Utilice una brocha o rodillo para aplicar una capa de removedor sobre la superficie blanca. Déjelo reposar durante el período especificado en la etiqueta del producto antes de comenzar a retirarlo.
Paso 3
Frote la pintura a base de cal con una esponja o esponja de acero fino para aflojarla de la superficie. Si es necesario, vuelva a aplicar el solvente para eliminar el resto del material hasta que el acabado se haya eliminado por completo.
Paso 4
Una alternativa rápida y conveniente a la solución química es el lavado a presión. Coloque láminas de plástico o lonas sobre cualquier superficie que desee mantener seca.
Paso 5
Al principio, ajuste la lavadora a un nivel de rociado medio y a baja presión. Póngase gafas de seguridad y mantenga la boquilla o la puntera del equipo en un ángulo de 45 grados con respecto a la superficie a lavar.
Paso 6
Apriete el gatillo y rocíe la pintura a base de cal, aumentando gradualmente la presión, si es necesario, para limpiar las áreas más difíciles. Deje que la superficie restaurada se seque de forma natural durante un período de 24 horas.
