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Si alguna vez ha intentado arrancar una fruta o flor de un cactus, probablemente apartó la mano y encontró una o más espinas que estaban dolorosamente clavadas en su piel. Los cactus, que son nativos de América del Sur y del Norte, prosperan en climas áridos. Uno de los principales medios de defensa de estas plantas son sus espinas, cuyo tamaño varía según la especie. Las espinas clavadas en la piel a menudo causan dolor e incomodidad y, si no se tratan, pueden provocar infecciones. Por lo tanto, es importante utilizar la técnica adecuada para eliminarlos a fin de evitar que se rompan y penetren más en la piel.
Método de pinzas
Paso 1
Esterilice las pinzas hirviéndolas en agua durante diez minutos.
Paso 2
Retire la sartén del fuego y deje enfriar el agua.
Paso 3
Recoge las pinzas en el agua y úsalas para sujetar firmemente la columna del cactus.
Paso 4
Retire la espina de la piel tirando de ella continuamente.
Paso 5
Limpia el área con alcohol.
Método de pegamento
Paso 1
Cubra la espina y la piel circundante, en un radio de aproximadamente 1,5 cm, con una fina capa de pegamento ordinario.
Paso 2
Coloque un trozo de gasa estéril sobre el pegamento.
Paso 3
Deje que se seque durante unos 30 minutos.
Paso 4
Retira la gasa, que también quitará el pegamento y la espina.