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El músculo puborrectal ayuda a controlar la eliminación durante la evacuación intestinal. El músculo está conectado al esfínter anal, que permanece contraído frente al sistema muscular puborrectal. Existen determinadas circunstancias en las que una persona necesita relajar este sistema muscular, como durante la inserción de un supositorio médico o para reducir las molestias en los hombres que se someten a un examen rectal común para comprobar la salud de la próstata, por lo que la capacidad de relajar este músculo lo hace una habilidad muy útil.
Paso 1
Practique a diario volviéndose más consciente de los nervios sensoriales en el área rectal de su cuerpo cuando experimente evacuaciones intestinales regulares. Familiarícese con la retroalimentación neurológica (sensaciones) que experimenta cuando el músculo puborrectal se relaja automáticamente junto con el esfínter anal para permitir una evacuación intestinal eficaz.
Paso 2
Haga una memorización consciente de las sensaciones neurológicas que siente cada vez que realiza el paso 1 durante un período de dos a cuatro semanas. Intente reproducir mentalmente la sensación del grupo muscular relajado, recordando cómo se siente en ese estado relajado del músculo.
Paso 3
Practique hacer que su "memoria" de sensaciones ocurra físicamente cuando esté seguro de que sabe cómo se sienten el músculo puborrectal relajado y el esfínter anal. Concéntrese mientras expande y contrae deliberadamente los grupos de músculos pélvicos y continúe practicando hasta que pueda sentir las mismas sensaciones que aprendió para ser más consciente de estos dos músculos durante las deposiciones, cuando se relajan automáticamente como parte de la acción refleja.
Paso 4
Continúe practicando su nueva capacidad para relajar deliberadamente los músculos del esfínter puborrectal y anal al mismo tiempo, una o dos veces al día, preferiblemente dentro de las dos o tres horas después de cada evacuación intestinal para evitar pérdidas fecales accidentales.