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Congelar las coles de Bruselas es una excelente manera de conservarlas para uso futuro. Cuando se preparan adecuadamente, es posible almacenar estas verduras en el congelador hasta por un año sin perder ningún valor nutricional, color o sabor. Sin embargo, no puede simplemente traerlos frescos del mercado y ponerlos en el congelador. Debe seguir unos sencillos pasos para asegurarse de que las verduras congeladas sepan tan bien como el día en que las compró.
Selección
Elija las coles de Bruselas lo más frescas posible. Tendrás mejores resultados si las congelas frescas, preferiblemente las que acaban de ser cosechadas. Si los planta usted mismo, recójelos tan pronto como estén maduros. Al comprar coles de Bruselas, busque siempre cabezas verdes, que sean más firmes y compactas.
Preparación
Recorta las cabezas de repollo para quitar las hojas exteriores. Lávalas bien en agua fría y organízalas según el tamaño. Sepárelos en montones por tamaños, desde pequeños, medianos a grandes.
Blanqueamiento
Escaldar las coles de Bruselas por turnos, según los tamaños. Llene una olla grande hasta la mitad con agua y hierva. Coloque las coles de Bruselas en una canasta de alambre y colóquelas en el agua hirviendo. Hierva las cabezas pequeñas durante 3 minutos, las cabezas medianas durante 4 minutos y las cabezas grandes durante 5 minutos. Retira las verduras del agua hirviendo y sumérgelas inmediatamente en un recipiente con agua helada para detener el proceso de cocción.
Almacenamiento
Escurra y seque las verduras, luego empaquételas en bolsas de plástico para guardarlas. Deje la menor cantidad de aire posible dentro de la bolsa. Ciérrelos y congélelos todos a la vez, o guárdelos en el refrigerador hasta por 12 horas y luego congele. Las hortalizas frescas comienzan a deteriorarse poco después de la cosecha, especialmente en temperaturas cálidas.