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Aunque no podemos ser los maestros de la limpieza con nuestras vidas ocupadas, muchos de nosotros tenemos gabinetes llenos de objetos de colección que necesitan nuestra atención y están cubiertos de polvo o moho. Con el tiempo, este polvo puede convertirse en un moho destructivo, pero antes de entrar en pánico, siga estos sencillos pasos para asegurarse de que sus reliquias permanezcan intactas y se puedan utilizar durante los próximos años.
Paso 1
Determina el daño total en tus coleccionables de plástico. Si hay moho en las telas (como muñecas o bebés de juguete), quítelas con cuidado y sumérjalas en un detergente común en un recipiente o fregadero tibio.
Paso 2
Limpia suavemente tus artículos de colección con paños humedecidos con agua y jabón, evitando las áreas de la cara y el cabello, si corresponde. También use hisopos de algodón para alcanzar las partes difíciles, incluidas las partes internas huecas y las grietas o juntas.
Paso 3
Enjuague con un paño limpio y deje que las prendas lavadas se sequen al sol. No las dejes al sol durante largos períodos de tiempo y asegúrate de revisar la ropa o las telas para que no se encojan con el contacto directo con la luz solar.
Paso 4
Para evitar que el moho vuelva, enjuague suavemente con una solución muy débil de agua y lejía para matar los gérmenes y crear una superficie limpia. Esto no se aplica a la ropa. Lávalas con agua limpia y déjalas secar.
Paso 5
Enjuague toda la colección con agua limpia (nuevamente, evitando la cara y la ropa si está trabajando con muñecas), y cuando la ropa esté completamente seca, viste a las muñecas nuevamente y déjalas descansar al aire libre por una noche o más.
Paso 6
Limpie el estante donde quedan los objetos con agentes de limpieza suaves (germicidas) para evitar que la atmósfera cause el problema. Vuelva a colocar con cuidado su colección en su lugar.