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El seroma es la acumulación de líquido debajo del colgajo cutáneo resultante de un postoperatorio y la mayoría de las cirugías plásticas presentan esta complicación. Después de una abdominoplastia, la formación de seromas siempre es una posibilidad. No solo retrasa la curación de las heridas, sino que puede provocar infecciones y necrosis tisular si no se trata. Junto con su cirujano plástico, hay algunos pasos que puede seguir para minimizar la posibilidad de desarrollar un seroma.
Paso 1
Administrar un agente hemostático, como ácido tranexámico. Ajuste la dosis según lo prescrito por su médico, para evitar efectos adversos.
Paso 2
Mida el volumen de líquido recogido en la bolsa de drenaje, instalada al final de la cirugía.
Paso 3
Rocíe adhesivo quirúrgico o pegamento tisular en el colgajo para eliminar el espacio donde la cicatriz puede formar los seromas.
Paso 4
Utilice un aparato ortopédico abdominal que comprima el tejido cortado, reduciendo el "espacio muerto" del tejido y proporcionando apoyo abdominal.
Paso 5
Mantenga el abdomen lo más quieto posible durante los primeros tres a seis días después de la cirugía; esto permite que el contenido gástrico se estabilice y vuelva a su posición anatómica normal.