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La fundición de dos empresas puede proporcionarles sinergia y economía de escala que amplían la eficiencia y los beneficios, pero es importante ser consciente de que también hay desventajas. Los gestores de una firma que piensan una fusión deben tener en cuenta las desventajas potenciales antes de tomar la decisión.
Choque cultural
Cuando dos empresas se fusionan, no ocurre sólo la combinación de dos nombres o marcas, sino la de personas que traen culturas corporativas distintas. Si dos firmas tienen culturas muy diferentes, pueden surgir conflictos. Por ejemplo, si una compañía innovadora y emprendedora, de jerarquía plana, se fusiona con una organización tradicional y conservadora, altamente jerárquica, los profesionales de la nueva empresa tendrán dificultades para trabajar juntos.
Deseconomías de escala
Cuando los negocios se funden, esto suele ocurrir para alcanzar una economía de escala. Las grandes organizaciones son capaces de producir bienes y servicios de forma más eficiente y con un costo menor por unidad que pequeñas empresas, pues los precios fijos se distribuyen por un gran número de unidades. Sin embargo, no siempre ocurre. A veces la magnitud de la fusión de dos empresas puede crear una deseconomía de escala, donde el costo de producción por unidad crece a causa de los elevados costos de coordinación.
Percepciones del consumidor
Cuando dos empresas se fusionan, hay que tener en cuenta cómo los consumidores las ven y si las consideran compatibles o no entre sí. Por ejemplo, la fusión de una empresa de jabón ecológicamente correcta con otra que fabrica detergentes con un historial poco sostenible puede alejar a los clientes de la primera, que no apoyarán a una empresa que no es ambientalmente responsable.
renuncias
Fundir dos empresas es un buen método para reducir la mano de obra. Por ejemplo, la empresa puede combinar dos oficinas en uno y reducir el personal que realiza las mismas funciones. Aunque esto disminuye los gastos de la empresa, también tiene un efecto negativo sobre los empleados. Los empleados pueden terminar perdiendo la confianza en la empresa debido al miedo a perder sus empleos, lo que puede reducir la motivación y, consecuentemente, la productividad.