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Los pastores alemanes son perros extremadamente excitables. Se sabe que persiguen todo lo que se mueve y disfrutan cazando y atrapando gatos y otros animales pequeños. Si el entrenamiento comienza temprano, antes de que ocurran los malos hábitos, su cachorro de pastor alemán puede aprender no solo a vivir con el gato de la familia sino a disfrutar de la compañía.
Paso 1
Tan pronto como lleves a tu cachorro de pastor alemán a casa, no dejes que persiga al gato. Aproximadamente a las 12 semanas de edad, la mayoría de los cachorros serán más pequeños que el gato. Cuanto más pequeño y más fácil sea controlar a su pequeño pastor, más fácil será el entrenamiento. Si nunca permite que comiencen los malos hábitos, no tendrá que detenerlos más tarde.
Paso 2
Coloque a su cachorro en la jaula en el medio de la sala de estar, esta habitación proporciona suficiente espacio adicional y ayuda al gato a sentirse más seguro. Permita que el gato se acerque al cachorro atrapado a su propio ritmo. Haga esto todas las noches durante una semana y evite que el gato y el cachorro interactúen mientras tanto.
Paso 3
Comience a atrapar al gato en el medio de la sala de estar y permita que el cachorro se acerque a la jaula. Si se pone demasiado inquieto, sujete su espalda hasta que se calme, acarícielo con calma y ofrézcale bocadillos mientras olfatea la jaula. Deje que transcurran de tres a cinco días para que el cachorro se familiarice con el olor del gato de la familia.
Paso 4
Después de que el cachorro y el gato hayan tenido la oportunidad de familiarizarse con el olor del otro, es hora de dejarlos interactuar. Mientras sostienes al gato, otra persona sostiene al cachorro, acércate dentro del límite de comodidad del otro. Si el gato tiene cerdas o gruñidos, retírelos. Continúe la sesión hasta que pueda apoyar a su pareja con ambos animales a salvo.
Paso 5
Deje que el gato camine libremente. Mantenga a su pequeño pastor con correa en todo momento, encadénelo a su tobillo mientras esté en casa y tenga siempre un juguete en la mano. Cuando esté cerca del gato, ofrézcale bocadillos para que se mantenga tranquilo y afable. Si se emociona demasiado, aléjese o salga de la habitación. Con el tiempo, el gato se convertirá en "parte del mobiliario" y el cachorro ya no lo notará.