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El reflujo laringofaríngeo es un tipo destructivo de reflujo ácido que afecta la faringe (garganta), la laringe y el esófago. Esta enfermedad a menudo no presenta los síntomas presentes en otros reflujos, como ardor. Por lo tanto, también se le llama reflujo silencioso. Para hacer frente a la enfermedad, debe evitar cualquier daño futuro causado por el ácido y curar los ya hechos.
Paso 1
Deja ir los malos hábitos. La nicotina y la cafeína estimulan la producción de ácido en el estómago, provocando que se desborde, lo que a su vez puede provocar reflujo. El alcohol también aumenta el ácido del estómago, mientras relaja el esfínter que cierra el esófago, permitiendo que el ácido entre fácilmente.
Paso 2
Perder peso. El sobrepeso ejerce presión sobre el estómago, que comprime el ácido hacia el esófago.
Paso 3
Cambie su dieta. La comida juega un papel importante en el reflujo. Alimentos como los cítricos, los tomates y el chocolate aumentan la producción de ácido en el estómago. Los carbohidratos complejos absorben el ácido, lo que los convierte en el mejor tipo de alimento para reducir el reflujo.
Paso 4
Cambie los horarios de alimentación. Consuma cinco o seis comidas pequeñas al día en lugar de tres grandes. Pequeñas cantidades de alimentos necesitan menos ácido para la digestión.
Paso 5
Toma inhibidores de la bomba de protones. Estos medicamentos cierran las bombas de ácido del estómago, evitando que causen más problemas. Debido a que estos medicamentos funcionan durante un largo período de tiempo, el esófago tiene tiempo para recuperarse. Los médicos suelen recetar estos inhibidores para tratar el reflujo silencioso, por lo que pueden aumentar la dosis para tratamientos más agresivos.