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La duración y la gravedad de las convulsiones se pueden utilizar para diagnosticar diversas formas de epilepsia. El sueño y la epilepsia tienen una relación compleja debido a la alta actividad cerebral, especialmente durante la fase de sueño REM. Hay algunos tipos de trastornos epilépticos que pueden desencadenarse durante el sueño, y la mayoría comienzan durante la niñez. Algunas personas los experimentan sin siquiera darse cuenta. Si sospecha que usted o un ser querido puede estar experimentando convulsiones mientras duerme, programe una cita con un médico especialista, neurólogo o especialista en sueño.
Epilepsia nocturna
Las convulsiones nocturnas suelen comenzar durante la infancia. Se desconocen sus causas, pero pueden tener efectos graves en la vida diaria de una persona al alterar los patrones de sueño. Presentan varios síntomas, pero no se pueden usar de forma independiente para diagnosticar esta forma de epilepsia. La incontinencia es una de ellas, al igual que el acto de morderse la lengua y babear mientras duerme. Muchos pacientes se despiertan sin una razón específica, generalmente confundidos o agitados y, a menudo, experimentan breves episodios de amnesia. Los síntomas más graves incluyen movimientos tónico-clónicos. La mayoría de estos ataques ocurren durante el sueño, pero la persona despierta también puede experimentarlos.
Epilepsia rolándica benigna
Otra forma de epilepsia que ocurre con frecuencia durante el sueño es la epilepsia rolándica (ER) o la epilepsia infantil benigna con puntas central-temporales (EBIPCT). Se considera benigno porque generalmente ocurre solo en la infancia, disminuyendo la frecuencia de las convulsiones hasta que se detienen por completo después de cierta edad. Se considera parcial porque solo se ve afectada la parte del cerebro llamada rolándica. La mayoría de los niños que padecen esta forma de convulsión suelen estar sanos y experimentan pocos o ningún problema de desarrollo. Los síntomas aparecen entre los 3 y los 10 años de edad e incluyen una variedad de formas. Los espasmos y la rigidez pueden ocurrir juntos por incontinencia. Las dificultades para hablar o la confusión y la amnesia pueden ocurrir con un despertar repentino en medio de la noche. Otros síntomas incluyen lo que se puede denominar convulsiones sensibles, entumecimiento u hormigueo en la cara, lengua o garganta.
Otros trastornos epilépticos
El diagnóstico de los trastornos epilépticos requiere la observación de profesionales capacitados. Existe una amplia variedad de síntomas, así como las razones que pueden causar estos problemas (a veces incluso sin una razón clara). Los casos de epilepsia que no tienen causas o desencadenantes observables se denominan casos de epilepsia idiopática. Las causas comunes de la epilepsia incluyen traumatismo craneoencefálico, infecciones, fiebre, drogas o alcohol, abstinencia de drogas o alcohol, afecciones genéticas o congénitas y tumores cerebrales. Sin embargo, es importante comprender que a veces no existen causas identificables.