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Una herida macerada es una herida acompañada de humedad, piel y deterioro blanco alrededor del sitio original de la herida. La maceración ocurre cuando hay mucha humedad entre la herida y su apósito; a veces, el exudado (infiltración de desechos biológicos en la herida) se escapa y queda atrapado debajo del apósito o la propia herida se vuelve excesivamente húmeda. La maceración dificulta la curación, por lo que debe tratarse con cuidado.
Paso 1
Retire los vendajes viejos alrededor de la herida e inspeccione si hay signos de maceración. La piel en descomposición, la putrefacción o los olores desagradables son signos de una infección que debe ser evaluada y tratada por un profesional médico. El tejido ligeramente macerado se puede tratar en casa, si el estado del paciente no empeora.
Paso 2
Limpie cualquier exceso de líquido en el sitio de la herida con gasas. Revise la herida en sí para ver si hay exudado y absorba tanto como sea posible con la gasa.
Paso 3
Lave cualquier herida que acumule pus u otro exudado. Use una jeringa limpia con agua esterilizada para lavar cualquier residuo de la herida, luego absorba el agua con una gasa. Sólo 60 ml o menos de agua serán suficientes para la mayoría de las heridas.
Paso 4
Trate la herida con una crema o aerosol antiséptico. Bacitracin o Neosporin son buenas opciones. Bastará con una o dos gotas de crema o un poco de spray: el objetivo es cubrir, no cubrir, la herida. Asegúrese de que la herida esté húmeda, pero no mojada.
Paso 5
Coloque un vendaje sobre la herida, usando un vendaje que sea transpirable.
Paso 6
Revise la herida cada cuatro horas. Reemplazar el apósito, absorber el nuevo exudado y comprobar el progreso de la maceración. Si el estado de la herida se deteriora, busque atención médica.