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Quedan 30 minutos para la llegada de los invitados y te das cuenta de que has exagerado la sal al cocinar, que no cunda el pánico - reserva la papa para otra ocasión, ya que ponerla en la sopa no reducirá la sal. Para ello, existen algunas soluciones sencillas que requieren poca práctica. Pero primero, lee algunas consideraciones para evitar esta situación en el futuro: prueba la comida constantemente mientras cocinas, lee la cantidad de sodio que tienen los ingredientes en la etiqueta y recuerda que puedes agregar más sal si es necesario, pero no puedes retírelo si comete un error en su mano.
El método del limón
Paso 1
Sostenga el limón con la palma de su mano en el fregadero y ruede. Esto descompone las fibras de la fruta, permitiendo que su jugo se extraiga más fácilmente al exprimirlo.
Paso 2
Corta el limón por la mitad.
Paso 3
Retirar las semillas o pasar el jugo por un colador.
Paso 4
Vierta el jugo de limón en el plato salado. Ponga pequeñas cantidades a la vez y pruebe siempre la comida para evitar exagerar. Este método solo funciona si la comida está ligeramente salada. La lengua tiene un sabor agrio, salado, dulce y amargo, y cada uno equilibra al otro. Los limones son ácidos, así que si le pones demasiado jugo a esta fruta, su sabor cubrirá otros sabores. Si el plato está demasiado salado, use el método de dilución.
El método de dilución
Paso 1
Agregue pequeñas cantidades de caldo sin sal al guiso, sopa o salsa. Pruébelo con frecuencia para ver si todavía está salado. Puede usar agua si es necesario, pero la opción de caldo funciona mejor porque no diluirá el sabor de la comida. Este método solo funciona en platos líquidos.
Paso 2
Finalmente, agregue la mantequilla sin sal. Garantizará la cremosidad mientras diluye la sal. Utilice este método para salsas o alimentos más densos, ya que se puede utilizar en casi cualquier tipo de plato. La mantequilla también sirve para espesar ligeramente una salsa, por lo que es una buena sugerencia para platos más sólidos.
Paso 3
Prueba la comida después de incorporar la mantequilla. Agregue más caldo si el plato aún está demasiado salado o demasiado espeso.