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Las mantas de lana brindan calidez y también tienen una larga vida útil. La tela es muy duradera y, cuando se limpia adecuadamente, la manta se puede utilizar durante años.
Como ocurre con la mayoría de las telas de lana, las mantas a veces pueden acumular gránulos cuando entran en contacto con la humedad, se lavan o se frotan contra una superficie rugosa. Estas bolas pueden ser una molestia al usar la manta y afectan la apariencia general de la manta.
Paso 1
Lave la manta en el ciclo delicado de la lavadora con agua fría y un detergente suave.
Paso 2
Cuelga la manta para que se seque por completo y luego colócala en la secadora durante 10 minutos para ablandar las fibras. Al dejar la manta colgando hasta que se seque por completo, evitas que se encoja colocándola en la secadora.
Paso 3
Retira la manta de la secadora y frótala con un removedor de pelo. Esto eliminará las bolitas de la manta.
Paso 4
Corta las acumulaciones más grandes de la manta con unas tijeras. Los gránulos de lana no se pueden restaurar a su estado original, por lo que es mejor simplemente quitar y desechar las bolas.
Paso 5
Repita según sea necesario cuando las bolas aparezcan en la manta.