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Para obtener una estructura firme, se utilizan tornillos grandes para unir tablas de madera pesadas. Aunque su tamaño no se uniformó hasta el siglo XX, algunos modelos se fabrican desde hace más de dos mil años. Hay varias formas de tornillo que se pueden utilizar para juntas, dependiendo de las necesidades del trabajo que se esté realizando.
Pernos hexagonales
Estos tornillos tienen cabezas hexagonales, que se pueden girar con llaves, y cuerpos gruesos. Están diseñados para unir estructuras pesadas de madera, como las vigas en cuestión, y para unirse a soportes metálicos para proporcionar una unión firme.
A través de tornillos
Hay tornillos idénticos a los anteriores que no necesariamente tienen cabeza. Son varillas largas de metal con espirales fijadas por arandelas o hilos en los extremos. Esto los hace útiles en situaciones en las que solo se debe soltar un extremo. Son útiles para unir grandes estructuras de madera, como una viga nueva a una preexistente.
Tornillos para madera gruesos
Hay tornillos largos y fuertes para unir madera que se enroscan en el material en lugar de atornillarlos en un orificio preexistente. Sus cabezas van unidas a la madera a medida que se rosca la pieza, contribuyendo a una mayor compresión en la junta y a obtener un agarre firme. Estos tornillos se utilizan para unir piezas pesadas como las vigas en cuestión, y también para unir piezas metálicas y de madera. Hay versiones más pequeñas que se estrechan al final y se pueden fijar con destornilladores.
Perforación
Al utilizar tornillos hexagonales y pasantes, es imprescindible realizar un agujero con un diámetro adecuado para el tornillo, de lo contrario las piezas se deslizarán y las tablas no quedarán firmes. De hecho, puede ser necesario martillar el tornillo en el orificio para obtener el ajuste adecuado.