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A muchos dueños de mascotas les gusta criar gatos persas, aunque esta es una de las razas más difíciles de criar con éxito; los gatos suelen tener la cabeza grande, lo que dificulta el parto y las hembras no son madres por naturaleza. Los dueños de gatos persas deben poder reconocer los signos del embarazo y el progreso del embarazo, que dura de 63 a 65 días.
Primeros síntomas
Durante las primeras cinco semanas, no hay muchos signos de embarazo para la gata persa. El primer signo suele ser el aumento de peso, especialmente en la región abdominal, y algunos buenos veterinarios pueden sentir al cachorro justo cuando la gestación completa los 25 días. Dado que los persas tienen mucho pelo en el abdomen, es probable que notes un embarazo cuando comiences a ver la piel y no solo el pelo a medida que tu vientre crece. La piel de la persa embarazada suele aparecer rosada, y quizás con algunas venas aparentes.
Seis a siete semanas
Las glándulas mamarias del gato deberían comenzar a crecer; los pezones crecerán y la piel alrededor de ellos debería volverse más rosada y abundante, especialmente en la séptima semana. Es posible que pueda ver o sentir a los cachorros moverse. El gato debe ser más perezoso de lo habitual cuando llega a la séptima semana, especialmente si está esperando una camada grande, y debe comer más.
Cerca de la entrega
De dos a cuatro días antes del parto, la gata comenzará a buscar un lugar para dar a luz; eventualmente puede desaparecer y encontrarse en un lugar acogedor como un armario o un espacio oscuro; vea adónde va el gato y si es un lugar al que tiene acceso. Unos días antes del parto, comenzará a producir leche; un ligero apretón en el pezón debería producir una gota de leche. Es posible que el gato ensucie la casa, ya que la presión sobre el colon y la vejiga tiende a aumentar, sobre todo si hay muchos cachorros. Quizás tenga menos interés en la comida.
Llegando el parto
El gato generalmente estará inquieto y menos emocionado cuando lo acaricien, evitando ruidos y desorden. Inmediatamente antes del parto, sentirá molestias al acostarse, reposicionarse y lamer la zona genital. Preste atención a la respiración más intensa, cuando se sienta con la boca abierta o se ve más asustada; todo esto es normal, siempre y cuando no esté claramente muriendo. El gato puede llorar, pero es más común que los persas estén callados durante el parto.
Señales de advertencia
Es importante saber si la gestación de la gata persa va bien. Las señales de advertencia deben aparecer más al final del embarazo o el día del parto. Presta atención si la gata deja de alimentarse durante el embarazo o se vuelve indiferente o apática. Las glándulas mamarias no deben estar calientes, rígidas o dolorosas al tocarlas. Si muestran estos síntomas, puede existir una infección y el animal debe ser llevado al veterinario para la atención de emergencia adecuada.