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El jabón de menta casero ofrece muchos beneficios para la salud. A diferencia de las versiones comerciales, contiene una gran cantidad de glicerina, un subproducto natural del jabón que hidrata y nutre la piel. La menta también combate el estrés, calma la piel irritada y refresca eficazmente los sentidos. Un limpiador suave pero eficaz, el jabón de menta casero es ideal para el uso diario y se puede preparar con ingredientes que se encuentran en una tienda de artesanía local.
Paso 1
Corta la glicerina en cubos pequeños y reserva.
Paso 2
Hierva agua en un baño de agua.
Paso 3
Agrega los trozos de glicerina al agua y baja la temperatura. Revuelva ocasionalmente hasta que la glicerina se derrita.
Paso 4
Retire la base de jabón del fuego. Agrega el tinte hasta obtener el tono deseado, luego agrega el aceite esencial de menta y mezcla bien.
Paso 5
Rocíe el molde con alcohol isopropílico. Esto ayudará a evitar que se formen burbujas y facilitará la eliminación del jabón terminado.
Paso 6
Vierta la base en el molde. Espere un momento para ver si se forman burbujas de aire en la superficie de la mezcla. Luego, rocíe ligeramente alcohol isopropílico para dispersarlos.
Paso 7
Deje que el jabón se enfríe durante una hora antes de colocarlo en el congelador. Espere 30 minutos y luego retírelo. Asegúrate de que esté completamente endurecido antes de sacarlo del molde.