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El chicle, a menudo arrojado descuidadamente por la ventanilla del coche o escupido en el suelo por un transeúnte apresurado, es repugnante, antihigiénico y muy desagradable de quitar cuando se pega a los zapatos y la ropa. Para quitarlos, hay una variedad de métodos simples que se pueden usar dependiendo de la cantidad de chicle en su zapato, el tipo de zapato que esté usando, la textura y consistencia del chicle y cuánto tiempo ha estado pegado.
Paso 1
Quite los trozos grandes de goma de mascar colocando su zapato en una bolsa de plástico. Apriete el chicle con firmeza en la bolsa de plástico.
Paso 2
Coloque la bolsa en el congelador y cierre la puerta firmemente. Espere al menos dos horas antes de retirarlo.
Paso 3
Saca la bolsa del congelador. Asegure la goma de mascar entre los dedos, con la protección de plástico, y tire suavemente del plástico. Todo el chicle debe salir de una vez; de lo contrario, retire lo que quede con un cuchillo de mantequilla mientras aún esté congelado.
Paso 4
Quite el chicle que se esparce en forma de líneas en los zapatos de tela aplicando una pequeña cantidad de jabón líquido para lavar la ropa en el chicle y cubriendo el área circundante con sal. Frote con movimientos circulares con un paño de microfibra hasta eliminar todos los residuos.
Paso 5
Derretir la suave goma de mascar que ha entrado en las ranuras antideslizantes de la suela, muy habitual en las zapatillas deportivas, aplicando un poco de spray WD-40 en la zona afectada. Déjelo por varios minutos, luego retire todo lo que pueda con un hisopo de algodón o un destornillador pequeño cubierto con papel de seda o toallas de papel.
Paso 6
Retire la goma de mascar vieja y dura de los zapatos con un cuchillo de mantequilla, retire la mayor cantidad posible y frote lo que quede con un poco de mantequilla de maní. Limpia el zapato con un trozo de tela para eliminar el aceite y los residuos.