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La antigua Esparta era una de las ciudades-estado más temidas y respetadas de la antigua Grecia. Los espartanos ejercían una filosofía de vida muy diferente a la de otros lugares griegos, como vivir en una ciudad sin murallas y obligar a todos los hombres a dedicarse a la vida militar. Los niños fueron criados desde la infancia con el único propósito de brindar protección a Esparta, soportando una agotadora rutina de entrenamiento militar. Junto con este entrenamiento, tenían una dieta compuesta por muchos grupos de alimentos diferentes que convirtieron a los hombres de Esparta en verdaderas máquinas de lucha.
Cereales
Los cereales constituían la mayor parte de la dieta espartana. Los dos principales cereales consumidos por los hombres eran el trigo y la cebada. Se hacían pasteles o panes planos pesados ablandando los granos en agua y luego triturándolos para convertirlos en harina. En la época de la antigua Esparta, el cereal se secaba al sol para formar tortas, ya que aún no se usaban hornos de piedra.
Frutas y vegetales
Al igual que con cualquier dieta bien equilibrada, los espartanos hicieron un gran uso de las frutas y verduras. Las frutas y verduras de esa época eran muy caras debido al paisaje rocoso y difíciles de cultivar en Grecia. Estos alimentos incluían una amplia variedad, como albaricoques, uvas, dátiles, berenjenas, patatas, judías verdes, aceitunas y quimbombó. El aceite de oliva se mezcló con prácticamente todos los platos de la dieta espartana.
Carnes y mariscos
Deipnosophists, un antiguo libro sobre banquetes, cuenta la historia de Mílon de Crotona, un luchador griego "que comió 10 kg de carne y pan y bebió tres jarras de vino" antes de una competición olímpica. Esto inició una moda de carne en la Antigua Grecia. Los hombres espartanos cazaban por carne, además de consumir animales domésticos como patos y cerdos. Los mariscos también tenían su lugar en la dieta espartana.
Caldo negro
El alimento más conocido consumido por los hombres de Esparta es el caldo negro y la única fuente de los ingredientes es el libro Deipnosophists. Este plato consistía en carne de cerdo, sangre y vinagre. Esta mezcla fue un gran motivo de orgullo entre los hombres de la ciudad-estado y mucha burla de los extraños, como lo demuestra una antigua fuente citada: "No es de extrañar que los espartanos prefieran morir diez mil veces".
