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El acto de tatuarse, una tendencia muy común en la cultura moderna, ya no es un tabú como lo era hace un tiempo. Aún así, existen algunos riesgos, incluso en condiciones de limpieza extrema. Las personas alérgicas corren el riesgo de desarrollar efectos secundarios a la pintura aplicada, generando una reacción alérgica. Sin embargo, se puede realizar una simple prueba de alergia para prevenir problemas graves. Siga leyendo para aprender a hacerlos.
Como hacerlos
Paso 1
Pídale al tatuador que le diga la composición de la tinta que se utilizará. Escriba los componentes; para que pueda investigar el riesgo de futuras reacciones alérgicas a la tinta. Otra opción es comunicarse con el fabricante de la pintura para obtener más información.
Paso 2
Hable con su médico sobre los efectos que los metales en la pintura pueden tener en su cuerpo. Si es muy sensible a los alérgenos y es propenso a sufrir urticaria u otras reacciones alérgicas, es una buena idea consultar a su médico acerca de los riesgos potenciales de la pintura. Además, diferentes colores pueden tener diferentes efectos secundarios.
Paso 3
Decida un diseño que requiera pinturas que tengan menos probabilidades de generar reacciones alérgicas. Si aún desea hacerse un tatuaje y cree que es de bajo riesgo, elija sus colores según la conversación con el médico.
Paso 4
Haz una pequeña prueba con el tatuador un mes antes de hacerte el tatuaje completo. Si no desarrolla una reacción alérgica, puede hacerse el tatuaje. Sin embargo, en algunos casos, las reacciones pueden ocurrir meses o incluso años después de la realización del tatuaje.
Paso 5
Proceda con precaución. Tenga en cuenta la piel cerca del área del tatuaje, así como lo que sucede en la región subcutánea. Note cualquier enrojecimiento, irritación, quiste o decoloración aparente. Ante la señal de cualquier cambio, busque atención médica.