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El azufre es un elemento químico no metálico. Tiene un color amarillo pálido y no tiene olor. En forma gaseosa, se combina con el oxígeno para formar óxido de azufre. El azufre se usa para hacer fertilizantes y varios tipos de desinfectantes. También se utiliza en laboratorios médicos para realizar pruebas de enfermedades de la piel. Sin embargo, el azufre es un elemento peligroso que debe manejarse con cuidado.
Riesgos de salud
El azufre en estado gaseoso se mezcla con el oxígeno para formar óxido de azufre, que es peligroso. La inhalación de humo de azufre provoca irritación de los ojos, la nariz y el tracto respiratorio, lo que provoca dolores de cabeza, mareos y náuseas. Los niveles altos de azufre pueden quemar la piel y también pueden causar edema pulmonar, una afección en la que los pulmones se llenan de líquido. La inhalación de azufre también puede provocar tos, estornudos o sibilancias.
Riesgo de incendio
El polvo fino de azufre disperso en el aire es un peligro potencial. Cuando el polvo de azufre se mezcla con el oxígeno, forma dióxido de azufre que, si se enciende, provoca explosiones. El polvo suspendido en el aire se enciende rápidamente por el humo o la electricidad estática y puede causar incendios destructivos. Los incendios provocados por el azufre son difíciles de controlar, porque cuando se propagan, la presencia de oxígeno solo ayuda a aumentar el fuego.
Riesgo de corrosión
El azufre es estable y no reactivo cuando está seco, pero es muy reactivo cuando entra en contacto con la humedad. Esto hace que reaccione rápidamente con metales y diversos agentes oxidantes y reductores cuando está en presencia de humedad. En presencia de oxígeno y humedad, se convierte en dióxido de azufre, formando una solución ácida y corrosiva que corroe los metales.
Riesgo medioambiental
Cuando el polvo de azufre entra en contacto con el oxígeno para convertirse en dióxido de azufre, presenta serios riesgos ambientales. Afecta a los organismos vivos de la zona. El azufre causa daño vascular en las venas del cerebro, corazón y riñón. También puede dañar los sistemas enzimáticos internos de los animales.