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El pollo es una carne común que se utiliza en barbacoas familiares, banquetes y otras grandes reuniones. Su precio tiende a ser más bajo que el de la carne de res y cerdo, el producto cocido es suave y generalmente es del agrado de la mayoría de la gente, incluidos los niños. La precocción evita el estrés, asegurándose de que el pollo esté completamente cocido, sin posibilidad de contaminación bacteriana.
Paso 1
Saque el pollo, fresco o descongelado, del empaque. Si utiliza pollo descongelado, asegúrese de que haya bajado de 4,5 ºC durante el proceso de descongelación y que se haya sacado del congelador con 24 horas de antelación como máximo.
Paso 2
Pon el pollo en una sartén y cúbrelo con agua. No agregue sal al agua, ya que esto sacará el agua de la carne en esta etapa de la cocción. Sube el fuego a alto y deja que hierva. Reduce el fuego y mantén la sartén a fuego lento durante 35 minutos, o hasta que el pollo tenga una temperatura interna de 64 ° C.
Paso 3
Escurre las pechugas de pollo y colócalas en un recipiente sellado. Agregue un poco de líquido de cocción sobre el pollo para mantenerlo húmedo, pero no lo cubra. Ciérralo y refrigéralo por hasta 24 horas.
Paso 4
Saca el pollo cocido del refrigerador y cúbrelo con salsa barbacoa o especias para asarlo. Recuerda que el pollo ya está cocido y solo necesitas calentarlo cuando lo incluyas en la receta.