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Los frijoles son uno de los principales alimentos en las despensas de todo el mundo. Utilizado en varios platos, se puede preparar fresco o en conserva, deshidratado o enlatado. Sin embargo, aunque puede durar años cuando se conserva, los granos ocasionalmente se estropean debido a diversas circunstancias. Para garantizar tu seguridad, así como la de tu familia, comprueba siempre que los frijoles estén en mal estado antes de consumirlos.
Paso 1
Revisa el exterior del grano. Si son vainas frescas, pero tienen la piel arrugada o alguna parte blanda o deteriorada, probablemente estén viejas y dañadas. Los frijoles secos también deben tener una textura suave, a menos que se hayan deshidratado de una manera que produzca arrugas. La decoloración de los frijoles también es una forma de comprobar si son buenos.
Paso 2
Huele los frijoles. Deben tener poco o ningún olor, solo un suave aroma terroso. Si tienen un olor diferente o fuerte, especialmente si están enlatados o secos, deséchelos inmediatamente.
Paso 3
Examina los frijoles en busca de moho. Incluso si solo un frijol tiene moho, si se almacenó junto con los demás, el hongo puede esparcir las esporas al resto de los frijoles.
Paso 4
Verifique la fecha de vencimiento de los frijoles o latas. No los use después de la fecha de vencimiento informada por el fabricante, ya que es probable que se dañen.
Paso 5
Sienta los frijoles. Si son viscosos, especialmente frescos (vainas) o secos, deséchelos inmediatamente, ya que se han echado a perder.