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La púrpura de Schamberg, también conocida como dermatosis purpúrica, es una afección de la piel que puede ocurrir a cualquier edad, pero su incidencia es mayor en adultos. Se caracteriza por manchas rojas que aparecen en la parte inferior de las piernas, y que eventualmente se desvanecen, tornándose de color marrón y negro y que pueden durar un largo período de tiempo.
Causas y síntomas
Las causas de la púrpura de Schamberg no se conocen claramente, pero se han relacionado con varias enfermedades. En los niños, siempre está relacionado con algún tipo de enfermedad sistémica y puede ser signo de un problema de salud. En los adultos, puede estar asociado con alergias y reacciones a varios tipos de medicamentos, y también con enfermedades como la hepatitis B. En general, las personas que están de pie o de pie con las piernas extendidas durante largos períodos de tiempo tienen más probabilidades de sufrir afectado.
Suele aparecer como manchas rojas o pequeñas manchas rojas en la parte inferior de las piernas. Los puntos rojos son el resultado de la sangre que se filtró de los capilares y se acumuló justo debajo de la piel. Como solo la sangre es absorbida por el cuerpo, los depósitos de hierro dejan manchas amarillas o grises en la piel, que pueden durar varios años. Las personas afectadas por la enfermedad pueden sentir picazón en las áreas afectadas. Como no es de naturaleza patógena, el morado no es contagioso. En los adultos, generalmente se considera inofensivo y causa poca irritación.
Tratamiento y prevención
La mayoría de los casos de púrpura de Schamberg se tratan con la aplicación de un ungüento de hidrocortisona para aliviar las manchas y las manchas rojas que pican. A veces, los ungüentos tópicos que contienen vitamina K están indicados para ayudar al cuerpo a reabsorber la sangre, reduciendo el enrojecimiento. Sin embargo, el uso de esta pomada no evita la aparición de la púrpura de Schamberg.
El uso de medias de compresión puede prevenir la acumulación de sangre y el daño a los capilares. Sentarse o moverse después de estar de pie por períodos prolongados o con las piernas extendidas puede ayudar a reducir o prevenir la aparición de la enfermedad. Caminar de un lado a otro, estirarse y sentarse con los pies elevados son buenos ejemplos de cómo prevenir el morado. En los niños, su aparición puede ser esencialmente benigna o un signo de enfermedad sistémica grave. Por lo tanto, consulte a un médico de inmediato.