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El color turquesa, que lleva el nombre de la piedra turquesa, es un tono cian visible en ciertos cuerpos acuosos. Los matices de este color son visibles en las luces polares del norte y del sur. Como el turquesa no es un color primario, los pintores mezclan azul y verde para crear ese tono llamativo. Las reglas fundamentales de la mezcla de colores se aplican independientemente del tipo de pintura con la que esté trabajando: ya sea acrílica, a base de aceite o acuarela.
Paso 1
Mezcle partes iguales de pintura azul y amarilla. Mézclalos hasta que los colores adquieran un tono uniforme de verde.
Paso 2
Cepille su paleta con pintura azul. Repita el procedimiento - con la mitad de la cantidad de azul utilizada - con la pintura verde, junto a la azul. Mezcla las pinturas con tu pincel hasta que queden uniformes.
Paso 3
Repita este proceso hasta que la mezcla haya adquirido el tono turquesa deseado.